El primer día de 2017 Raúl Hipólito Arraigada y Miguel Antonio Romero colgaron los botines. El “Pucho” y la “Wanora” fallecieron el pasado domingo.

Víctima de un paro cardiorespiratorio, Romero dejó de existir a la edad de 83 años.Nacido en Cruz del Eje, Romero llegó a Talleres en 1955. En el club de barrio Jardín se destacó rápidamente y se convirtió en una de las figuras más legendarias que vistió la casaca albiazul, convirtiendo 163 goles entre el año de si arribo y 1967. Esta cifra lo convierte en el máximo goleador de la historia del club. En los años 1957 y 1958 jugó en Huracán de Parque de los Patricios y fue convocado para integrar el preseleccionado que posteriormente jugaría el Mundial de Suecia. Hacia el final de su carrera jugó a préstamo en la Liga Independiente de Oncativo y finalizó su carrera en el San Lorenzo cordobés (club en el que por entonces se formaba quien sería años después otro goleador histórico de Talleres: Luis Antonio “Hacha” Ludueña). Luego de abandonar la práctica activa del fútbol, la “Wanora” fue director técnico, dirigiendo en varias oportunidades a Talleres en diversas categorías, inclusive en Primera División de AFA. También dirigió a Racing de Nueva Italia.

El recordado periodista Víctor Brizuela afirmaba que Romero fue el mejor jugador que vio en su  vida. En el año 2012, y en el marco de la celebración del primer centenario de la Liga Cordobesa de Fútbol, fue homenajeado incluyéndoselo en el “Salón de la Fama del Fútbol de Córdoba”. Su fotografía, junto a la de otros tres grandes como Luis Antonio Amuchástegui, Bernardo Patricio Cos y Salvador Mastrosimone.

El “Pucho” Arraigada dijo adiós a los 90 años. Como futbolista fue un “half izquierdo” (equiparable al segundo marcador central actual) que se desempeñó en Racing de Nueva Italia (1946-49 y 1951-52), Lanús (1949) y Belgrano (1952-61). En su destacada y extensa trayectoria como entrenador, se lo recuerda por haber sido el conductor del histórico Belgrano que se convirtió en el primer club cordobés en participar en el Torneo Nacional de AFA en 1968. Reconocido como un gran captador de jugadores, es el responsable de haber descubierto a figuras  del fútbol cordobés como Julio César Villagra, Fernando Nicolás Oliva, Germán Martelotto, Claudio Sarría y Roberto Carlos Monserrat, entre tantos otros. También se muy recordado el Instituto de principios de la década de 1990, cuya formación más habitual estaba conformada por Maltagliatti; Buteler, Livolsi, Palmero y Suppo; Luján, Catinot y Acuña; Ghirardo, Ovejero y «Tachi» Diaz, un equipo con fuertes raíces en el fútbol de la Liga Cordobesa de Fútbol.

Fotos: Gentileza Mundo D